trastorno_de_la_dinamica_del_liquido_cefalorraquideo

La circulación del líquido cefalorraquídeo comienza en el ventrículo lateral, continúa hacia el tercer ventrículo por el agujero de Monro (agujeros interventriculares) y luego transcurre por el acueducto de Silvio (acueducto del mesensefalo) hasta el cuarto ventrículo. Desde allí fluye, a través de un orificio central (agujero de Magendie) y dos laterales (agujero de Luschka), que abocan a la cisterna magna.

Todas las superficies ependimarias de los ventrículos y las membranas aracnoideas secretan cantidades adicionales de líquido y una pequeña cantidad proviene del propio encéfalo, a través de los espacios perivasculares que rodean los vasos sanguíneos que ingresan en el encéfalo.

La cisterna magna se continúa con el espacio subaracnoideo que rodea todo el encéfalo y la médula espinal. Luego, casi todo el líquido cefalorraquídeo fluye a través de este espacio hacia el cerebro. Desde los espacios subaracnoideos cerebrales, el líquido fluye en las múltiples vellosidades o granulaciones aracnoideas que se proyectan en el gran seno venoso sagital y otros senos venosos. Por último, se vacía en la sangre venosa a través de las superficies de las vellosidades.

Presiones normales de LCR.

Cualquier trastorno de la dinámica del líquido cefalorraquídeo puede conducir a una hidrocefalia e hipertensión intracraneal y una pérdida por fístula de líquido cefalorraquídeo a una hipotensión intracraneal.

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  • Última modificación: 2019/09/26 22:30
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