pseudomeningocele

Es una colección de líquido cefalorraquídeo sin cobertura dural tras una lesión meníngea.

Congénito: Por ectasia dural en pacientes con síndrome de Marfan (Sonier y col., 1993; Kohler y Prentice, 2010).

Espina bífida oculta asociada a pseudomeningocele (Uff y Bradford, 2005).

Postoperatorio: complicación infrecuente de la cirugía espinal (Cook y col., 1989; Zide 1992; O’Connor y col., 1998).

Traumático: Por fracturas generalmente en la zona lumbosacra (Johnson y Lane, 1998).

Son comunes tras una lesión del plexo braquial (Drzymalski y col., 2010).

El tamaño del defecto en la duramadre-aracnoides, la presión del líquido cefalorraquídeo, y la resistencia de los tejidos blandos presumiblemente determinan el tamaño del seudoquiste.

ver Pseudomeningocele frontal

A menudo es asintomática y autolimitada.

Una proporción de pacientes pueden presentar cefalea, cervicalgia y signos mielopáticos y radicular (De Luca y col., 2010).

El dolor radicular se debe a un atrapamiento del nervio o raíz y puede causar daños neuronales irreversibles (Wilkinson 1971; Hadani y col., 1986; Pavlou y col., 2006):

También se ha descrito el síndrome de cola de caballo debido hernia de las raíces de la cola de caballo a través del defecto dural (Oterdoom y col., 2010; Asha y col., 2011).

La pérdida de LCR puede provocar un déficit neurológico hasta años después de una durotomía por hernia transdural de una raíz y la compresión subsiguiente. Se debe ser consciente de la posibilidad de esta complicación potencialmente devastadora (Oterdoom y col., 2010).

Diagnóstico

Se diagnostica mediante mielografía, ecografía, tomografía computarizada y la resonancia magnética (Zaĭtseva y Shariia, 2002; Seçer y col., 2011).

Imágen de resonancia magnética

Tratamiento

Se recomienda el tratamiento quirúrgico en los casos de hernia sintomática de la raíz, para evitar un deterioro neurológico posterior.

Sin embargo,se deben considerar métodos conservadores como tratamiento inicial (Johnson y Lane 1998).

Imágen intraoperatoria

El cierre inadecuado de la dura o de la fascia muscular cervical posterior puede permitir la salida de LCR desde la fosa posterior. Además, la hidrocefalia postoperatoria es una causa común de fuga de líquido con la presencia o no de pseudomeningocele 1) , debiéndose realizar una RM y un fondo de ojo, para descartar ventriculomegalia y papiledema respectivamente. En caso de existir alguno de éstos puede ser necesaria la colocación de un drenaje ventricular externo, y posteriormente valorar la posible implantación de una derivación ventrículo peritoneal. La presencia de un pseudomeningocele requiere reparación quirúrgica si se asocia a fístula de LCR, papiledema, siringomielia 2) o si el defecto estético es importante. La elección de un tipo de plastia puede condicionar la recurrencia o el empeoramiento de la sintomatología preparatoria 3) , este hecho se ha descrito especialmente con el uso de plastias heterólogas 4). El cierre de la dura es un paso crítico para evitar la aparición de complicaciones, aunque no existen estudios al respecto que justifiquen que un tipo de sutura sea mejor que otra. Respecto al uso de un tipo de plastia en concreto para disminuir la tasa de fugas de LCR, tampoco hay estudios previos concluyentes que apoyen o contradigan los hallazgos de nuestra serie.

Si apareciese la salida de líquido, es necesaria: una buena limpieza de la herida, aplicar un vendaje compresivo en la zona, valorar la posibilidad de suturar de nuevo alguna parte de herida, y si no fuese suficiente con todo esto, se colocaría un drenaje lumbar 5).

A pesar de que la tasa de complicaciones es mayor en los casos que se abre la dura, algunos autores asumen la aparición de estos problemas postoperatorios, porque encuentran una clara diferencia en la mejoría clínica tras la cirugía cuando se realiza duroplastia 6).

Bibliografía

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Hadani M, Findler G, Knoler N, Tadmor R, Sahar A, Shacked I. Entrapped lumbar nerve root in pseudomeningocele after laminectomy: report of three cases. Neurosurgery 1986;19:405–7Johnson JP, Lane JM. Traumatic lumbar pseudomeningocele occurring with spina bifida occulta. J Spinal Disord 1998;11:80–3.

Johnson, J P, y J M Lane. 1998. «Traumatic lumbar pseudomeningocele occurring with spina bifida occulta». Journal of Spinal Disorders 11 (1) (Febrero): 80-83.

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5)
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6)
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