papiro_de_edwin_smith

La neurocirugía moderna del siglo 21 se inicia en el período babilónico, con el papiro de Edwin Smith (Rahimi y col., 2007).

Es un documento egipcio, que data de la Dinastía XVII de Egipto (aproximadamente 1650-1550 aC),y el texto médico más importante jamás descubierto.

Se afirma que Imhotep era el fundador de la medicina egipcia y el autor original del papiro, aunque las evidencias sugieren que fue redactado y escrito, al menos, por tres autores diferentes.

Contiene tratamientos para heridas de guerra y descripciones anatómicas y está expuesto en la Academia de Medicina de Nueva York.

Es de particular interés para los neurocirujanos, debido a sus referencias específicas a casos neuroquirúrgicos antiguos y es el primer registro escrito de los muchos términos de interés neuroquirúrgico (Feldman y Goodrich, 1999).

Registra la primera referencia a la lesión medular espinal (Naderi y col., 2004).

Describió la diferencia entre esguince cervical, fractura y fractura dislocación (Sanan y Rengachary, 1996).

Describía las fracturas hundimiento de cráneo (Ralston, 1976).

La hipotermia como agente terapéutico (Wang y col., 2006).

La información relativa a la condición del paciente se transporta en el papiro con claridad suficiente para permitir una evaluación clínica de cada lesión.

Enumera los elementos clave de diagnóstico en cada caso, y luego pronuncia su opinión sobre la posibilidad de tratamiento en una de las tres sentencias:

1) “una condición médica que se puede curar”

2) “una condición médica que se puede tratar”

3)“ una condición médica que usted no será capaz de tratar

La organización estructural del texto de acuerdo a las lesiones regionales de creciente gravedad permite el análisis de casos secuenciales, y permite determinar las características clínicas dirigido al médico egipcio antiguo

Curiosamente, los médicos de la antigüedad no fueron disuadidos para tratar lesiones en la presencia de fracturas de la base del cráneo, meningismo traumático, perforación del cráneo sin déficit neurológico evidente, somnolencia, fracturas faciales o lesiones cerradas de cabeza sin fragmentos deprimidos.

Los factores identificados como determinantes para el tercer veredicto en lesiones en la cabeza son fragmentos de cráneo con hundimiento, laceración dura con el cerebro expuesto, infectados por heridas craneales / tétanos, las principales fracturas craneofaciales, la penetración profunda de cráneo por arma blanca, y afasia (Sanchez y Alwyn, 2007).

Las referencias a problemas vertebrales que aparecen en este papiro y en el papiro de Ani han permitido un análisis de lo que parece ser una descripción de la operación neuroquirúrgica más antigua y que se produce alrededor de 3000 AC.

Los resultados del análisis de una hipótesis que sugiere que la reducción de la tracción se utilizó con éxito para revertir una lesión en la columna cervical paralizante de un temprano líder egipcio (Osiris), que inspiró la historia de su resurrección. La madre egipcia Isis, trabajando con el dios Thot (el inventor de la medicina), resucita a Osiris por el tratamiento de la columna vertebral cervical dañada. Numerosas referencias en el Papiro de Ani (Libro de los Muertos) a Osiris recuperando la fuerza y ​​el control de sus piernas están vinculados textualmente al tratamiento de la columna vertebral. La conexión entre la columna vertebral intacta y la capacidad de levantarse,se utiliza como una metáfora distinta para la vida y la muerte por la representación de la columna vertebral, pintada en la parte posterior de los numerosos sarcófagos egipcios durante miles de años (Filler y Aaron, 2007).

Bibliografía

Feldman, R P, and J T Goodrich. 1999. “The Edwin Smith Surgical Papyrus.” Child’s Nervous System: ChNS: Official Journal of the International Society for Pediatric Neurosurgery 15 (6-7) (July): 281–284.

Filler, Aaron G. 2007. “A Historical Hypothesis of the First Recorded Neurosurgical Operation: Isis, Osiris, Thoth, and the Origin of the Djed Cross.” Neurosurgical Focus 23 (1): E6. doi:10.3171/foc.2007.23.1.6.

Naderi, Sait, Uğur Türe, and T Glenn Pait. 2004. “History of the Spinal Cord Localization.” Neurosurgical Focus 16 (1) (January 15): E15.

Rahimi, Scott Y, Dennis E McDonnell, Amir Ahmadian, and John R Vender. 2007. “Medieval Neurosurgery: Contributions from the Middle East, Spain, and Persia.” Neurosurgical Focus 23 (1): E14. doi:10.3171/foc.2007.23.1.14.

Ralston, B L. 1976. “Compound Elevated Fractures of the Skull.” Journal of Neurosurgery 44 (1) (January): 77–79. doi:10.3171/jns.1976.44.1.0077.

Sanan, A, and S S Rengachary. 1996. “The History of Spinal Biomechanics.” Neurosurgery 39 (4) (October): 657–668; discussion 668–669.

Sanchez, Gonzalo Moreno, and Alwyn Louise Burridge. 2007. “Decision Making in Head Injury Management in the Edwin Smith Papyrus.” Neurosurgical Focus 23 (1): E5. doi:10.3171/foc.2007.23.1.5.

Wang, H, W Olivero, D Wang, and G Lanzino. 2006. “Cold as a Therapeutic Agent.” Acta Neurochirurgica 148 (5) (May): 565–570; discussion 569–570. doi:10.1007/s00701-006-0747-z.

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