La historia del Servicio de Neurocirugía del Hospital Virgen del Rocio comienza con la llegada a Sevilla en el año 1954 del Dr Pedro Albert Lasierra.

El Dr. Pedro Albert nació el 3 de Junio de 1924 en Huesca. Licenciado en Medicina en Madrid en 1946, se une a Sixto Obrador como su primer ayudante en la aventura fundacional de la neurocirugía española. Los comienzos fueron duros; Albert fue el primer postgraduado que llegó a la madrileña Clínica de Los Olivos, trabajando día y noche durante los siguientes tres años.

En 1949, bajo recomendación de Obrador, se marcha a Utrecht (Holanda), para completar su formación como neurocirujano con el profesor Verbiest. Por aquel entonces, Holanda se encontraba en el delicado momento de la descolonización y en Indonesia se vivía una sangrienta guerra civil, poco conocida en Europa. El gobierno holandés había firmado un convenio para permitir el trabajo de especialistas holandeses en los hospitales de aquel país. Así, el Dr Albert fue propuesto para dirigir el Servicio de Neurocirugía del Hospital Civil y Universitario de Djakarta (Batavia), durante los años 1952-53. Por aquel entonces no existían Servicios de la especialidad en la enorme zona geográfica constituida por Filipinas, la actual República Indonesia, Malasia y Singapur; por ello, en el Servicio donde trabajaba el Dr. Albert se recibían enfermos de la más variada procedencia.

Tras este período, el Dr. Albert llega a Sevilla en 1954, arropado por el Prof. Cruz Auñón catedrático de Patología General, que pertenece al grupo del Prof. Jiménez Díaz, como también el Dr. Obrador en Madrid. Tras una charla magistral del Dr Albert sobre la anatomía de la base craneal en el Hospital Clínico de las “Cinco Llagas”, el catedrático de patología quirúrgica Antonio Cortés Lladó le concedió el derecho a tener pacientes en sus salas y a poder utilizar su quirófano, cuando fuera necesario.

Un acontecimiento importante en el desarrollo de la neurocirugía, no sólo en Sevilla, sino en toda España fue la publicación en el Boletín Oficial del Estado del 10 de Enero de 1956 del concurso-oposición para las primeras plazas de jefes de equipo de Neurocirugía de la Seguridad Social, entonces denominada Seguro Obligatorio de Enfermedad. Era la primera vez que se reconocía oficialmente la existencia de la Neurocirugía dentro de la medicina hospitalaria en nuestro país. Las dos plazas de Barcelona fueron adjudicadas a los Drs. Adolfo Ley y Eduardo Tolosa, la de Valencia, al Dr. Barcia Goyanes, y la de Sevilla al Dr. Albert Lasierra.

Por aquel entonces el Seguro Obligatorio de Enfermedad tenía un único hospital en Sevilla, la Residencia Sanitaria “García Morato”, un hospital moderno que había sido construido recientemente. A mediados de 1956 se constituyó allí el primer servicio de Neurocirugía, disponiendo de un quirófano en la 5ª planta con dedicación exclusiva a la patología neuroquirúrgica, 5 camas de hospitalización y una consulta en la planta baja. El equipo de Neurocirugía estaba formado por el Dr. P. Albert, como jefe, los Drs. J. Sánchez Arroyo, A. Martínez Caro y M. Revuelta, como médicos recién graduados, y como enfermera, la Srta. Elena Tarancón.

El entusiasmo, dedicación y sacrificio de este pequeño grupo en los albores de la Neurocirugía en Sevilla son difíciles de comprender para quien entra como Residente en este Servicio 50 años después y encuentra una organización tan compleja y diversificada. Historiar enfermos y convencerles de la necesidad de intervención, realizar con medios muy primitivos pruebas neuro-radiológicas, aportar en cada intervención instrumental quirúrgico (en su mayoría propiedad del Dr. Albert que lo había adquirido en Holanda), cuidar personalmente a los enfermos en el post-operatorio noche y día o conseguir para ellos antibióticos u otras medicaciones de la que el hospital carecía, eran algunas de las tareas de los miembros de aquel Servicio.

Afortunadamente aquel joven equipo tuvo desde el primer momento dos ayudas muy importantes; la primera fue el soporte diagnóstico de la electroencefalografía que, a la par que la Neurocirugía, se implantó en Sevilla por aquel entonces, de la mano del Dr. D. Mármol y el segundo disponer de modernos métodos de Anestesia que, también por aquellas fechas, introdujo en Sevilla el Dr. M. Burgos.

Gracias al esfuerzo de estos pioneros, el Servicio de Neurocirugía comenzó a crecer a pasos agigantados y rápidamente, de las 5 camas de hospitalización asignadas inicialmente, pasó a ocupar 30. El equipo del Dr. Albert tiene ya a su cargo todos los pacientes neuroquirúrgicos de Andalucía, Ceuta, Melilla y Canarias, y se denomina Servicio Regional de Neurocirugía.

Lógicamente, el equipo de neurocirujanos tuvo que ampliarse. Así, durante los últimos años de la década de los 50 y primera mitad de la década de los 60 fueros incorporándose nuevos profesionales. Uno de ellos fue el Dr. Daniel García, que pasó a ocupar la plaza que dejó vacante el Dr. Sánchez Arroyo, al marcharse al servicio de Neurocirugía de Newcastle. La Dra. Carmen Gómez se incorporó como ayudante clínico del Servicio con dedicación especial a la Neurología. Otros profesionales destacados de esta primera etapa del Servicio Regional de Neurocirugía fueron los Drs. Ventura Arjona, Víctor Jos, Enrique Rubio o Francisco Morales, que ocuparon más tarde plazas de jefe de Servicio en algunos de los Servicios de Neurocirugía más importantes del país.

Durante la segunda mitad de la década de los 60 se produce la fase de desarrollo hospitalario de la Seguridad Social en España y, de este modo, el crecimiento de la Residencia Sanitaria García Morato que pasa a denominarse Ciudad Sanitaria de Sevilla y, posteriormente, Hospital Virgen del Rocio. Durante esta fase se inaugura, en la Ciudad Sanitaria y en el año 1968, el Hospital de Rehabilitación y Traumatología, trasladándose el Servicio de Neurocirugía y todas las especialidades afines a dicho centro y convirtiéndose en el primer hospital de la ciudad en incorporar el sistema jerarquizado y de trabajo a tiempo pleno.

El Dr. Albert es nombrado Jefe del Departamento de Neurología y Neurocirugía y cumplió uno de los objetivos de su vida al integrar en un departamento a todas las disciplinas involucradas en el cuidado del paciente neuroquirúrgico. Intentó reunir a los mejores profesionales que podía encontrar, entrenados en el país o en el exterior. El resultado fue un departamento joven y vigoroso, con un alto estándar de atención.

En la nueva estructura se comienza la enseñanza de forma reglada de la especialidad dentro del sistema MIR y así, desde este año crucial de 1968 hasta la actualidad, el Departamento desarrolla una intensa actividad asistencial y formativa, llegando a convertirse en centro de visita obligado para muchos neurocirujanos de habla hispana.

Se incorporan técnicas de Microcirugía y se funda el Laboratorio de Cirugía Experimental, gracias a la labor del Dr. Francisco Morales, que había importado estas técnicas durante su estancia en Estados Unidos. La neurocirugía funcional y estereotáxica es desarrollada por el Dr. Ventura Arjona y, posteriormente por el Dr. Alberto Altuzarra, adquiriéndose amplia experiencia en el control de la oligofrenia herética por medio de lesiones criogénicas hipotalámicas o del dolor intratable mediante lesiones talámicas.

Las malformaciones arteriovenosas del encéfalo fueron objeto de especial consideración durante esta fase prolífica del Servicio, ampliándose progresivamente sus indicaciones quirúrgicas a enfermos con MAV localizadas en regiones consideradas hasta entonces como inabordables.

La cirugía del raquis cervical desarrolla técnicas muy originales y efectivas para el tratamiento de las fracturas cervicales bajo el impulso del Dr. M. Revuelta.

La colaboración con el Servicio de Cuidados Intensivos origina la creación de una verdadera Unidad de manejo del paciente con traumatismo craneoencefálico grave, comenzando a utilizarse a partir de la década de los años 70 las modernas técnicas de medición de la PIC y desarrollándose estudios originales sobre metabolismo y nutrición de estos enfermos.

La Neuro-Radiología fue durante los primeros años del Departamento una disciplina que desarrollaron los propios miembros del Servicio, constituyendo un pilar diagnóstico imprescindible. El advenimiento de la TC, y el importante avance tecnológico que supuso, fue rápidamente aprovechado gracias a la colaboración con el jefe del servicio de Radiología, el Dr. J. Arduán, que dotó a la Ciudad en 1977 del primer equipo de tomografía computarizada.

La Neurocirugía Infantil ha sido otra de las disciplinas con fuerte desarrollo en el Servicio. A finales de los años 70 se crea en la Ciudad Sanitaria el Hospital Infantil, que empieza a recibir pacientes neuroquirúrgicos procedentes de toda la Comunidad. El primer miembro del Servicio con dedicación predominante a esta área de la especialidad fue el Dr. Benito Barrionuevo. Se comienza el estudio y tratamiento de los niños hidrocéfalos, con espina bífida o afectos de todo tipo de neoplasias.

Tras tres décadas como auténtico líder del Servicio, en 1989 se produce el histórico adiós del Dr. Pedro Albert Lasierra. Con su jubilación sale del servicio una auténtica leyenda de la Neurocirugía española y mundial, que ha situado al Servicio de Neurocirugía del Hospital Virgen del Rocio en cotas difícilmente igualables por otro Servicio de Neurocirugía del territorio nacional, llegando a ocupar 100 camas de hospitalización, 4 quirófanos propios, 4 consultas externas y atender a un volumen de pacientes que llega incluso a doblar al de los Servicios más importantes del país.

Estos son algunos de los logros realizados por el Dr. Albert:

* Integró la Sociedad Luso-Española de Neurocirugía desde sus comienzos, siendo siempre uno de sus pilares principales, y presidente de la misma por un periodo de 2 años (1964-1966) * Ha sido miembro del National Board of Neurosurgery * Presidente del Colegio Médico de Sevilla entre 1963 y 1981 * Miembro Honorario de la Sociedad Argentina de Neurocirugía desde 1978 * Presidente del Comité de Neurotraumatología de la WFNS * Tras el fallecimiento del Dr. Obrador, Secretario Vitalicio de la Sociedad Española de Neurocirugía. * Miembro de honor de varias Sociedades europeas y latinoamericanas * Medalla de Honor de la WFNS en el Congreso Mundial de Sydney-2001

Tras la marcha del Dr. Albert, asume la responsabilidad de la Jefatura del Servicio de Neurocirugía el Dr. Manuel Revuelta, el cual permanecerá al frente del mismo hasta 1998. Durante este tiempo, el Servicio continúa su expansión y se ponen en marcha nuevas técnicas, como la navegación endovascular para el tratamiento de aneurismas y malformaciones vasculares intracraneales. El neurocirujano responsable es el Dr. Fernando Durand Neyra, que cuenta desde el primer momento con el apoyo del Dr. Antonio Mayol, desde el Servicio de Radiología. Otros avances importantes durante la década de los 90 fueron el auge de la cirugía transesfenoidal para el tratamiento de los adenomas hipofisarios, a través de la impresionante casuística del Dr. Francisco Trujillo y la implantación, por el Dr. Manuel Juliá, de la instrumentación en cirugía de la columna lumbar y de las técnicas de neuromodulación en el manejo del dolor de origen raquídeo.

En 1998, se produce la jubilación del Servicio del Dr. Revuelta, quedando como jefe en funciones el Dr. Daniel García Gutierrez, hasta la convocatoria en 1999 de una nueva plaza de jefe de Servicio.

El nuevo responsable del servicio, el Dr. Fernando Rodríguez Burgos, se había formado como neurocirujano en el Hospital Virgen del Rocio, aunque posteriormente formó parte de otros Servicios de Neurocirugía, como el del Hospital Virgen de las Nieves de Granada, donde fue jefe clínico, o el hospital Virgen Macarena de Sevilla del que fue Jefe del Servicio.

Bajo el mandato del Dr. Rodríguez Burgos se entra en el siglo XXI con nuevos retos para el Servicio. Se comienzan a realizar los nuevos abordajes a la base del cráneo, gracias al empuje del Dr. Manuel Polaina, con el apoyo de jóvenes neurocirujanos formados en el Servicio, como el Dr. José Manuel Montero. Finalmente el Dr. José Romero, junto con miembros de los Servicios de O.R.L. y Cirugía Maxilofacial establece un auténtico equipo multidisciplinar de cirugía de base craneal con especial dedicación y experiencia al glomus yugular y a las lesiones de la fosa infratemporal y medio-facial.

Otro de los puntos importantes del Servicio en estos últimos años ha sido el desarrollo de la Neurocirugía Pediátrica. Tras la jubilación del Dr. Barrionuevo, le sucede en el año 2000 como jefe de sección de Neurocirugía Infantil el Dr. Gerardo Ferreras y, tras la marcha de éste en 2003, asumen la responsabilidad el Dr. Javier Márquez desarrollando una unidad de referencia en esta patología.

En Febrero de 2007 se produce la jubilación del Dr. Rodríguez Burgos, asumiendo la responsabilidad el Dr Manuel Polaina hasta la convocatoria celebrada hace solo unas semanas, con la que se abre una nueva parte de la historia del Servicio de Neurocirugía de Sevilla.