La discectomía endoscópica transforaminal parece ser un método fiable, capaz de dar resultados similares a la microdiscectomía, siempre y cuando el cirujano sea bastante experto en la técnica, lo que implica una larga curva de aprendizaje con el fin de realizar la operación de manera eficaz y sin complicaciones.

Todos los procedimientos no-endoscópicos percutáneos se pueden utilizar, pero el paciente debe ser informado con claridad que, si bien el procedimiento es sencillo y rápido, su tasa de éxito oscila entre 60 y 70% y que, en muchos casos, el dolor puede disminuir lentamente y puede tardar hasta varias semanas en desaparecer.