El infarto pontino produce anomalías oculomotoras (parálisis del VI par, parálisis de la mirada conjugada, oftalmoplejía internuclear, síndrome del uno y medio, nistagmo vertical, desviación vertical de la mirada y "balanceo ocular"), las pupilas son puntiformes y el reflejo fotomotor está conservado. Puede referirse por el paciente una sensación "de sal y pimienta" facial y tener disminuido el nivel de conciencia por lesión del sistema reticular activador.